lunes, 28 de mayo de 2012

Mi punto de vista no es muy sano


Presentación
Desde que salimos noté algo extraño, el itryp no funciona. Reviso la guantera y entre los cd de Beto sale la discografía completa de Intoxicados: este juega!. Banda de sonido de un extraño día. pila, pila, pila pila pila pila pila.....
Acto primero:
Fuimos a lo de Miguel para que nos haga algo de almorzar, todo abierto, nadie a quien saludar. Me prendo un pucho y aparece por arte de magia (como siempre que te prendes un pucho) La Señora (esposa de Miguel cuyo nombre nunca recuerdo):
Yo-¿Hay algo para almorzar?
La Señora:- Sí, pero me hace el favor señorita de ir a buscar la garrafa a lo de Nu-Be-Lu (almacén de Ramos Generales cuyo nombre se constituye de  las primeras sílabas de los nombres de sus tres hijas). Ahí nomacito es, yo no la traje porque no tenia con qué... ya está paga
Tiro el pucho. Vamos a buscar la garrafa, elemento fundamental para que aparezca mi almuerzo.
Salimos con la panza llena y corazón contento, esquivándole a la lluvia que no termina de chispear y de C*/&%#*! el laburo y el camino.


Segundo Acto:
Como acompañante veo que la chofer cruza a un paisano en bicicleta y lo saluda, a un tractorista y lo saluda, a una vaca ¡Y la saluda!.
Tercer Acto
Ahi nomás, a unos kilómetros una camioneta parada, cuando estamos por pasarla salen de sorpresa dos gendarmes, calzados hasta los dientes. Frenamos (ya conocemos estos actos sorpresivos de la gendarmería para controlar los caminos rurales, si están parados en la ruta son blanco fácil para los narcos, ellos no paran e  incluso los atropellan).
Uno vestía como rambo pero más flaco, caucásico, sin cuello y con ojos de loquito, pañuelo camuflado en la cabeza, remera blanca, pantalón camuflado y borceguís, dos cuchillos cruzados en el pecho, un arma en la cintura, monitorea la caja de la camioneta. El otro, gordinflón, con pulover verde, una pistola en la citura nos dice:
-No vieron un Bora gris?
-Nooo (apago la música)
Y como si se acordara de la presentación y speeach dice:- Control de gendarmería. De dónde vienen?
-De La Unión
-A dónde van?
-A Orán
-Si ven a alguien no paren ni levanten a nadie. Ayer a la tarde atropellaron a un gendarme, estamos buscando al prófugo y está escondido por estos caminos. Sigan.
Comentario de la chofer:
-Me emociona... estos ¿Cómo controlan no matar al que mató a un colega si lo encuentran? ¿Y si lo encontramos? ¿Hacemos la denuncia?
Pienso: Yo no dejo constancia en ninguna comisaria una denuncia contra un narco, con nombre, apellido y dirección en un cuartel de acá ni en &%$##*!!!

Cuarto Acto
Ya en el asfalto, desde hace un rato, atrás de un camión. En el momento que está por tomar la decisión de sobrepasar nuestro obstáculo la chofer empieza a balbucear algo a lo que llego a escuchar:
- Bueno,  dale, dale, pasame. (le hablaba al de la camioneta de atrás como si la escuchara!!!)
En el mismo momento por la ventanilla izquierda aparece una camioneta gris
-Viene por el carril de contramano desde hace dos kilómetros mas o menos

Quinto acto:
La camioneta que nos pasó con la trompa toda arrugada estacionada en la banquina con balizas, un grupo de cuatro hombres hablando. A cien metros más adelante un camión cisterna estacionado en la banquina. ¿Sería un choque a la inversa?
Sexto y final:


Llegamos a Pichanal, ¡sale el sol! ¡Vamos, vamos que seca el camino! Mirá las nubes qué extrañas, como cubos negros en el cielo.
La Chofer:- Si estuviera Vero nos podría decir qué significa, ella es meteoróloga y sabe que significa si la nube tiene forma de teta...
Yo: Mirá la luna! pero son las 4 de la tarde! ahi, ahi ¿Es la luna o el sol? (ya estoy encandilada) Es luna llena y al lado está el sol, vamos a ver un eclipse!
La Chofer:- Ahhhh, algo me dijo de un eclipse lunar... aunque lunar es de noche ¿no?
Lo dejo al criterio del público:





Día patrio en el fortín del Desierto

Anoche nevó en los cerros; ya deben estar bajando los piños…
Seguro que en estos días nos encontramos con arreos por esta ruta, y
por el río, donde los crianceros paran a descansar y a tomar agua, y
de vez en cuando venden un chivito a la gente del pueblo, que los ve y
les compra.”

Y así es, nomás. Esta mañana, antes de que aclare y levante la niebla,
ahí cuando emprendemos el viaje con el diariero para llegar al próximo
pueblo –única alternativa de transporte para los que no tenemos cuatro
ruedas-, los vemos: los piños (manadas de chivos), las vaquitas, los
caballos, y sus dueños – los gauchos.
Esto es Chos Malal, cabecera norte del Neuquén, primer fortín de la
campaña del desierto en la provincia. Hoy la historia resuena fuerte
por estas latitudes.


¿Qué me contás de un pueblo
-que nació, como tantos otros, sobre un reguero de sangre indígena
-donde, además de la calle Roca, tiene una calle Guemes, una Artigas y
una Namuncurá
-cuyo centro está rodeado de huertas y chacras, y le dijo NO a las
grandes cadenas de supermercados, para seguir sosteniendo el comercio
local
-que respeta más a los tradicionales ganaderos trashumantes que a las
multinacionales
-donde el 25 de mayo la radio local parodia la revolución y a sus
próceres, y así nos recuerda de qué se trató todo eso
-cuya única librería tiene en su vidriera varios ejemplares de
“Pedagogía del oprimido” de Paulo Freire
-donde doña Olga, con sus 63 pirulos, baja y sube todos los días la
cuesta hasta el centro, para conseguirle los remedios a su marido,
haya sol, lluvia o nieve
-que aún resiente de que nunca haya llegado el tren, de que Buenos
Aires le haya cerrado el comercio con Chile, de que Neuquén le haya
robado la Capital
-donde los efectores de salud recorren kilómetros y kilómetros
(geográficos y culturales) para ayudar a los enfermos
-que está muy cerca de otro pueblito que pronto desaparecerá bajo el
agua, en nombre de la represa hidroeléctrica más grande de la
Patagonia
-en el que una familia usurpó tierras soñando con la casa propia, y
luego de unos años se ganó ese derecho
-cercano a otros donde hay tradición minera, pero donde no se ve el
oro, ni la suciedad del agua del río, la que sospechan sus habitantes
y se abstienen de consumir?



Pucha, ¡qué de contradicciones e invisibilidades tiene la patria!

sábado, 12 de mayo de 2012

Donde habita el viento

El viento sopla fuerte y frío sobre la vastedad de la estepa. Se
levantan remolinos de ocres y rojos que atraviesan los espinos.

Arriba, las nubes recortan las figuras del desierto.
Abajo, corrientes subterráneas de minerales precámbricos demarcan el
camino del dinero. El paisaje se transforma en yacimiento, en casino,
en chimeneas fulgurantes que contrastan su furia con el silencio que
las circunda.

En el medio, los que van y vienen (los que vamos y venimos), y los que
quedaron –como olvidados- en tiempos de invernadas y veranadas, de
chivas, de pumas, de puestos en soledad.

Y, de vez en cuando, un mate, y un encuentro.
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