Pasamos el puesto del yerno de Navarrete (hermano de Verónica), después el de Catán y por último el de Ortiz (hay muchos Ortiz en la zona). Y ahí nomás en el camino cruzamos al viejo en un tractor, pasamos por el costado sin saber de quién se trataba, lo saludamos y le preguntamos si estábamos bien yendo a Pacará. nos dijo que sí y no se qué de "la camioneta". Yo no escuché bien por el ruido del tractor así que seguimos nomás. No más de quinientos metros porque ahí estaba el huellón, la zanja, el barro, la inundación y la camioneta encajada del mercachifle. Nos detuvimos a pensar para calcular si pasábamos o nos pegábamos la vuelta y desefundando la pala del embalaje del aeropuerto para tratar de palear el barro.
-No van a pasar (nos dijo el mercachifle).
Y ahí nomás apareció Dios en tractor para cruzar las grandes zanjas. Primero lo sacó al mercachifle (que mientras desenganchaba la cadena de tiro me guiñaba el ojo, cabeceaba en dirección a Dios en tractor). Y ahí nomás el mercachifle me decía: - decile que te cruce.
Y así fue que enganchó la cadena a la camioneta y me cruzó nomas.
El pago: un paquete de cigarros que me quedaba en la guantera.
Al otro día llovieron 114 mm.
Dios debe de ser chaqueño, debe de andar en tractor, debe de fumar Gitanes y seguramente estará hecho barro.
Eso que se veía en el alambrado es un esquinero oriental (y no porque lo haya inventado ningun uruguayo, sino porque cambia la orientación del alambrado...)
ResponderEliminarGracias por el dato Mayolero! ya lo incorporamos a la bitácora lingüística de nuestros viajes. Abrazo
ResponderEliminar