lunes, 28 de mayo de 2012

Día patrio en el fortín del Desierto

Anoche nevó en los cerros; ya deben estar bajando los piños…
Seguro que en estos días nos encontramos con arreos por esta ruta, y
por el río, donde los crianceros paran a descansar y a tomar agua, y
de vez en cuando venden un chivito a la gente del pueblo, que los ve y
les compra.”

Y así es, nomás. Esta mañana, antes de que aclare y levante la niebla,
ahí cuando emprendemos el viaje con el diariero para llegar al próximo
pueblo –única alternativa de transporte para los que no tenemos cuatro
ruedas-, los vemos: los piños (manadas de chivos), las vaquitas, los
caballos, y sus dueños – los gauchos.
Esto es Chos Malal, cabecera norte del Neuquén, primer fortín de la
campaña del desierto en la provincia. Hoy la historia resuena fuerte
por estas latitudes.


¿Qué me contás de un pueblo
-que nació, como tantos otros, sobre un reguero de sangre indígena
-donde, además de la calle Roca, tiene una calle Guemes, una Artigas y
una Namuncurá
-cuyo centro está rodeado de huertas y chacras, y le dijo NO a las
grandes cadenas de supermercados, para seguir sosteniendo el comercio
local
-que respeta más a los tradicionales ganaderos trashumantes que a las
multinacionales
-donde el 25 de mayo la radio local parodia la revolución y a sus
próceres, y así nos recuerda de qué se trató todo eso
-cuya única librería tiene en su vidriera varios ejemplares de
“Pedagogía del oprimido” de Paulo Freire
-donde doña Olga, con sus 63 pirulos, baja y sube todos los días la
cuesta hasta el centro, para conseguirle los remedios a su marido,
haya sol, lluvia o nieve
-que aún resiente de que nunca haya llegado el tren, de que Buenos
Aires le haya cerrado el comercio con Chile, de que Neuquén le haya
robado la Capital
-donde los efectores de salud recorren kilómetros y kilómetros
(geográficos y culturales) para ayudar a los enfermos
-que está muy cerca de otro pueblito que pronto desaparecerá bajo el
agua, en nombre de la represa hidroeléctrica más grande de la
Patagonia
-en el que una familia usurpó tierras soñando con la casa propia, y
luego de unos años se ganó ese derecho
-cercano a otros donde hay tradición minera, pero donde no se ve el
oro, ni la suciedad del agua del río, la que sospechan sus habitantes
y se abstienen de consumir?



Pucha, ¡qué de contradicciones e invisibilidades tiene la patria!

1 comentario:

  1. ¡¡Y seguramente ahí están muy preocupados por la cotización del dolar "blue"!!!

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